Me miras con inquietud,
como si quisieras con tu mirada expresarte,
con odio,
como si yo fuera la causa de tus males.
Me haces daño y lo sabes,
quizás por eso insistes en mirarme,
de ese modo,
como queriendo apuñalar mis intenciones.
Si al mirarme así me vieras,
como soy realmente,
desempañarían tu mirada mis verdades,
¡sería más bonita!
y quien sabe…
quizás hasta tu alma lo notase.
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